En una ciudad famosa por tener la avenida más larga (Rivadavia) y la más ancha (9 de julio), también existen unas quinientas callecitas que atraviesan manzanas de diferentes barrios porteños, pasajes que forman parte de una Buenos Aires sumamente desconocida, pero no por eso menos transitada.
El Pasaje 5 de Julio, que primero se llamó Sarandí y que debe su actual denominación a la defensa de la ciudad de Buenos Aires en la segunda invasión inglesa de 1807, es una típica callecita empedrada de San Telmo que nace en la Avenida Belgrano, hasta la calle Venezuela.
Los origenes de este pasaje se deben a la sanción de la llamada ley de reforma del clero en noviembre de 1822, mediante la cual, entre otras cosas, se confiscó bienes de los padres dominicos, abriendose entoces un pasaje que partió en dos un convento.
Los origenes de este pasaje se deben a la sanción de la llamada ley de reforma del clero en noviembre de 1822, mediante la cual, entre otras cosas, se confiscó bienes de los padres dominicos, abriendose entoces un pasaje que partió en dos un convento.
Pero en el subsuelo donde hoy se encuentra ese pasaje yacen los restos de tres mil soldados ingleses fallecidos en la Segunda Invasión apuntada, a los que en su momento, la iglesia no permitió sepultar en el cementerio de la Recoleta.
Si andas por Buenos Aires, no olvides pasar por este lugar para escuchar con detenimiento si es verdad que en algunas noches de tormeta se sienten los gritos de los invasores en pos de una mejor sepultura.
Si andas por Buenos Aires, no olvides pasar por este lugar para escuchar con detenimiento si es verdad que en algunas noches de tormeta se sienten los gritos de los invasores en pos de una mejor sepultura.